La 37 Edición de FIMA, que se celebró en Zaragoza la semana pasada, ha servido para comprobar que aunque no corren buenos tiempos para el sector si hay una gran confianza y ganas “en sacar esto para adelante”. Según la propia organización, Más de 210.000 personas visitaron el recinto ferial durante los cinco días y la satisfacción de los expositores (cerca de 1.200 empresas) demuestran que esta Feria Internacional de Maquinaria Agrícola ha reforzado su papel como foro de negocio y plataforma de despegue sectorial.
Pero ¿Qué es lo que vimos en FIMA y que impresiones nos llevamos?. La primera afirmación que podemos hacer, es que se trata de un gran certamen, que por el interés de empresas profesionales y de particulares tiene una gran atracción mediática y es un excelente escaparate de cómo evoluciona el sector y la gran apuesta de futuro que hacen los propios profesionales.
En lo que se refiere a expositores, nos sorprendió un año más el carácter internacional del certamen y la mayor presencia de firmas internacionales o multinacionales en detrimento de las empresas nacionales españolas. Se puede decir que casi todas, por no decir la totalidad, de las grandes marcas del sector se encontraban en FIMA con grandes stands y con muchas ganas de mostrar sus nuevos productos.
En las consultas que hicimos entre ellos, destacaron el gran número de contactos profesionales que habían realizado y el volumen de negocio y expectativas que habían conseguido el día de la apertura. Al parecer ese día fue el que mayor número de representantes de empresas profesionales acudieron a la feria. En los otros se notó una mayor presencia de profesionales particulares más interesados en visitar el certamen y conocer las ofertas que en adquirir alguno de los productos o plantear negocios de futuro. En términos generales, estas empresas se mostraban satisfechas de su asistencia al certamen.
Muchas de las novedades que se exhibían en los nueve pabellones eran avances tecnológicos. Sistemas informáticos aplicados a los vehículos o mecanismos que mejoran y hacen más efectivos alguna parte del vehículo. Una impresión que nos satisface porque supone reconocer el gran futuro del sector y la mayor presencia de las nuevas tecnologías I+D al servicio del mercado agrícola.
En lo que se refiere a visitantes, en los días que acudimos, comprobamos que asisten muchos profesionales de diferentes regiones españolas, interesados en ver el certamen o en adquirir algún producto. Así vimos catalanes, castellanos, navarros e incluso murcianos recorriendo los 133.000 metros cuadrados de la Feria. Algunas empresas multinacionales eran conscientes de esta diversidad de procedencia y por ello, entregaban a los visitantes o profesionales material muy global del sector. Folletos que iban desde su propia red de distribución en España o Europa hasta información sobre la PAC y políticas nacionales.
Pero además de los expositores, las actividades paralelas de la FIMA han tenido un resultado muy positivo. El MedWinds, en el que representantes de empresas multinacionales explicaron algunas de las soluciones para la agricultura en el Mediterraneo y el Congreso de Desarrollo Rural han tenido muchos elogios. Pero sin lugar a dudas, lo que más han destacado los expositores españoles ha sido el programa de Misiones comerciales. Una actividad en la que han participado 197 empresas de 32 países que se han reunido para conseguir acuerdos comerciales.