Para comprender mejor el mundo de los lubricantes (y II)

Hablar de los lubricantes, es hacerlo del mantenimiento y rendimiento de los motores. Pero hay que tener una cosa muy clara: el lubricante ideal no existe. Cada motor, cada máquina y cada usuario utiliza su máquina, vehículo etc.. de distinta manera, en diferentes situaciones y con diferente climatología. Por lo que cada motor necesita el lubricante y aditivos más acorde a sus necesidades y ritmo de vida.

Un ejemplo para explicar mejor esta afirmación. Dos tractores de un mismo modelo pueden necesitar lubricación y cuidados distintos en función del terreno por el que pasan. Uno que lo haga en tierras áridas y polvorientas necesitará, quizás, un lubricante con aditivos más detergentes, que otro que lo haga en tierras más duras, que necesitará un mayor refuerzo de potencia.

Dicho esto es bueno exponer que las principales marcas de lubricantes trabajan en la elaboración del lubricante más completo para el cliente y que abarque e. Eso no quiere decir que sea el ideal, pero sí buscan el producto más acorde con las necesidades más globales de los usuarios de los motores y el que por estadística ayuda más al vehículo.

Es por este motivo, que en la lubricación es muy conveniente buscar marcas de reconocido prestigio que cumplan con todas las normativas y que investiguen en la mejora de sus productos.

Viscosidad

A la hora de hablar de lubricantes hay que hacerlo también de la viscosidad, mucho más que la densidad del lubricante. Tanto es así, que la viscosidad es la medida por la que se analizan los aceites y lubricantes. En estos términos, la medida común de la viscosidad es el Poise (fuerza necesaria para mover un centímetro cuadrado de área sobre una superficie paralela a la velocidad de un centímetro por segundo). La viscosidad varía inversamente proporcional con la temperatura.

Tan importante es la característica de la viscosidad en la lubricación de cualquier motor que si ésta es muy baja, el desgaste del motor se acelera por la falta de colchón hidrodinámico y, si por el contrario es muy alta, el consumo de energía es mayor y el desgaste del motor también se acelera por falta de circulación.

Sólo la viscosidad correcta maximiza la vida útil y la eficacia del motor. Del mismo modo, la viscosidad afecta a otros aspectos como la transmisión, el sistema hidráulico, etc

Aditivos

Pero para mejorar el mantenimiento del motor es más que aconsejable utilizar algún tipo de aditivo. Aditivo que reforzará las necesidades específicas que tiene cada uno de los motores. Así, si se trata de un vehículo que trabaja en zonas muy frías, es recomendable algún tipo de anticongelante, o si por el contrario lo hace en zonas muy calientes, aditivos que combatan el exceso de calor del motor o la oxidación.

Todas las marcas de lubricantes elaboran diferentes aditivos. Así nos encontramos aditivos que limpian los inyectores de los motores, los que sellan el circuito de refrigeración para evitar la pérdida de refrigerantes, los que evitan oxidación, los que limpian el carburador o el sistema de frenado. Pero también hay otros ayudan al combustible, que no son menos importantes para el mantenimiento del motor.

La composición y elementos que forman los aditivos son muy variados. Así, por ejemplo, si hablamos de aditivos de extrema presión, que ayudan a que haya un menor coeficiente de fricción, hablaremos de productos con compuestos de azufre, cloro, plomo o zinc. Estos se han popularizado mucho en los últimos años, ya que con la reducción del coeficiente de fricción ayudan al ahorro de combustible.

La necesidad de utilizar estos aditivos es difícil de precisar, ya que puede variar en función del vehículo y del producto. Por eso, es recomendable que se elabore un buen programa de mantenimiento de cada vehículo o máquina. Con este programa, en el que sólo hay que ir anotando la fecha, el producto que se ha puesto al motor y el plazo previsto de uso, ayuda a tenerlo todo mejor organizado.