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lunes, 26 de septiembre de 2011

Mantenimiento de la piscina en invierno


Terminado el verano acaba lo que podría definirse como la época de la piscina. Esas jornadas en las que para refrescarse del sol, apetece y se disfruta de un chapuzón en la piscina deja paso a otras actividades y hace que el espacio físico del entorno de la "pileta" se olvide.
Pero descuidar el mantenimiento de la piscina puede ser muy perjudicial para la economía y vida de esta instalación. De hecho, es más que recomendable llevar a cabo las actividades necesarias para mantener la piscina y prepararla para la próxima temporada estival.
Los problemas de escasez de agua y su costo hacen que cada vez sean más los particulares que deciden conservar el agua de su piscina de un año a otro, evitando así el tener que llenarla de nuevo con la llegada de los calores. Para conseguir eso y mantener la calidad del agua es necesario tratarla con productos químicos, que las empresas denominan como tratamiento de hibernación, para asegurarse una óptima calidad del agua.
Con estos productos químicos se evita la eutrofización del agua. Es decir, lo que conocemos como su putrefacción por la aparición de algas, insectos y hojas que se van descomponiendo y afectan a su calidad. Se recomienda que este tratamiento químico se aplique dos veces: cuando se acaba la época del baño, y hacia el mes febrero antes de la llegada de los calores. Después de vertir los productos se recomienda poner en marcha la depuradora para que se mezcle bien con el agua.
Es recomendable que antes de la llegada del invierno, es decir por estas fechas, se revise cuidadosamente toda la piscina y los sistemas de depuración, para ver si es necesario alguna pequeña reparación o cambio de piezas. Si es posible que funcione "al ralentí", es decir unas ocho horas a la semana con una menor cantidad de cloro a la habitual.
La hibernación de las piscinas en zonas con nevadas o con riesgo de congelación tiene una conservación especial. Es necesario vaciar el volumen de agua para que el nivel del agua quede por debajo de la última boquilla o toma. Después se recomienda el desmontaje de la bomba o motor, engrasarlo y guardarlo en lugar seco. El agua restante que quede se tratará también con productos químicos, teniendo en cuenta que en este caso no hay depuración.
La acidez del agua (ph) o la utilización de desinfectantes no es tan necesario durante la "hibernación de la piscina". Durante este periodo no es necesario vigilar que el Ph esté entre el 7,2 y el 7,6, nivel que se considera óptimo para el baño, ni el grado de cloro para evitar la infección del agua. Pero descuidar por completo esto puede hacer que el verano siguiente sea necesario la limpieza a fondo de la piscina y su renovación completa del agua (vaciado y llenado) para poder bañarse. Por eso se recomienda comprobar los niveles una vez al mes y en caso de que se disparen las cifras utilizar tratamientos químicos que hay en el mercado.
Entre los tratamientos recomendados se encuentran los alguicidas, sobre todo, cuando existe vegetación alrededor de la piscina, que evitan que el agua vaya adquiriendo ese tono verdoso que se impregna en paredes y que obliga al final a un lavado completo del recipiente de la piscina.
Otro aspecto importante del mantenimiento es cuidar que la superficie no acumule demasiados desperdicios con el fin de evitar la formación de plactón o algas. Esto suele evitarse con la colocación de una lona anclada a los bordes de la piscina y, además, impide que se produzcan accidentes infantiles por caídas al agua en invierno. Los expertos señalan, además, que estas lonas reducen el gasto en los productos químicos para mantener el agua, ya que se encuentra más protegida de las agresiones externas.

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