¿Cómo decidió crear Distribuciones Chavanel?
Se me ocurrió sobre todo a raíz de una enfermedad. Llevaba muchos años como conductor de mercancías con camión propio y esa enfermedad me hizo replantearme mi futuro. Me propusieron coger la Distribución de los lubricantes Agip. Tras un viaje a Madrid lo acepté y empezamos a trabajar con un socio, que poco tiempo después se retiró.
Comenzamos en los bajos de mi casa, en la calle Permisán de Barbastro, y todos los días salía a vender 12 o 14 horas cada día con una furgoneta Vanette, recorriendo pueblos y visitando a gente que podía comprar aceite. En esos principios, duros como cuando empiezas cualquier actividad, tuve la suerte de contar con mis hijos. Conrado, que ya apuntaba maneras y compaginaba el colegio con ayudas en el almacén. También Sara se fue encargando de la contabilidad. Posteriormente se incorporó Joaquín vendiendo y repartiendo. Así, poco a poco, con muchas horas de trabajó, ilusión y ganas de hacer las cosas bien llegamos a vender hasta 60.000 kilos de aceite al año.
Después, vimos la necesidad de ampliar el local y optamos por comprar la nave del Polígono, a la que fuimos en noviembre de 2001.
¿Un principio duro pero ilusionante?
Sí. trabajábamos duro y eso creo que es lo que hay que hacer cada día para sacar algo adelante. Para nosotros era duro porque muchas veces nuestros clientes al principio no conocían la marca Agip y pensaban que era otra medianía del sector. Sólo algunos la conocían por carreras de coches y por su publicidad en los vehículos Ferrari. Convencerlos no era fácil, aunque hay que recordar que esta marca italiana es la quinta potencia mundial del sector del Petroleo.
En mis visitas a clientes y siempre con la intención de ofrecer cada vez mejor servicio y poder ganar alguna peseta de más, me dí cuenta de que también me pedían filtros, por lo que empezamos a trabajar también en este sector.
Poco a poco fuimos incorporando otros muchos productos para dar esa mejor atención a nuestros clientes y convertirnos al final en lo que somos.
Al final y debido a mi enfermedad, con el trasplante, opté por dar paso a mis hijos, de los que estoy muy satisfecho.
Afortunadamente hemos trabajado mucho y con cabeza y hasta ahora no nos hemos podido quejar. En estos años ha pasado de todo pero con ganas y trabajo se ha ido superando todo. Estoy muy satisfecho de como ha ido todo y de la evolución de la empresa.
¿Donde radica la fuerza de esta empresa?
Pienso que como una empresa familiar su principal arma es la fuerza de voluntad, que ha sido muy grande. Mis hijos siempre han estado muy pendientes de todo. A mi en lo personal no puedo decir más que cosas bonitas y en lo profesional como padre estoy muy orgulloso de su grado de responsabilidad.
También pienso que el trabajo y la constancia son vitales para el buen funcionamiento de cualquier empresa.
Afortunadamente he de decir que siempre fui muy fuerte. Recuerdo que cuando estaba fuerte era capaz de aguantar hasta doscientos kilos de planchas de hierro y que incluso era capaz de lanzar ruedas de camiones. Esa fuerza física es importante pero mucho más la ilusión por trabajar.
¿El sector del lubricante ha cambiado mucho en estos años?
Algo no muchísimo. Es un sector que necesita de mucha ilusión y ganas de trabajar. Ha evolucionado mucho, como todo, y es necesario estar al día. El mundo ha cambiado mucho pero con trabajo, ilusión y ganas de ofrecer un buen servicio se puede ser optimista de cara al futuro.
¿En estos cambios no hay que olvidar las nuevas tecnologías?
A mi me han llegado tarde. Es un mundo completamente desconocido para mi. Ni intento aprender, ni sé manejar un ordenador. De todas formas es una buena herramienta para ayudar a ofrecer un mejor servicio.
Que bueno despues de veinte años, poder contar con la experiencia y el buen hacer de la persona que inicio este proyecto con ilusion y ganas. Muchos momentos compartidos con la familia. Respeto,Trabajo e Ilusion valores importantes para continuar asi.
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